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Patricia B. Bustos Psicoanalista /Coordinadora de grupos terapeúticos/ Prof. Enseñanza Común y diferencial / Mediadora Judicial / Voluntaria y Socia Activa de Mèdicos del Mundo

miércoles, 26 de octubre de 2011

Una relación Mortal (03 /11 /08)

ANOREXIA Y CIRUGIA PLASTICA

Aunque resulte difícil de creer, quienes padecen trastornos alimentarios – de la bulimia a la anorexia – encuentran en las cirugías plásticas lo que consideran la solución perfecta para bajar de peso y extraer lo que esta de más. Una tiene que ver con la accesibilidad que desde los 90 viven las intervenciones plásticas. La Argentina está en el top five de los países donde más se opera junto con los Estados Unidos, Brasil, México y Canadá. La otra explicación obedece al incremento de los trastornos alimentarios, un fenómeno global que nuestro país registra cifras alarmantes. Se registran más consultas de chicas extremadamente delgadas a con trastornos psicológicos que consumen antidepresivos. Y no se trata de personas ligadas al mundo de la moda, sino de la población en general. Los expertos señalan, que en general estas pacientes suelen ser menores de 21 años, van a la consulta sin sus padres. Si bien estas patologías basadas en el engaño al otro, la clave está en que los médicos sepan decir no ante los pedidos de las pacientes. Lo que más piden las pacientes son las lipoaspiraciones; las bulímicas van por el pantalón de montar, la grasa acumulada detrás de las rodillas y la reducción del busto. En los trastornos alimentarios el ocultamiento es la gran clave. Las anoréxicas, son expertas negadoras. Suelen ir al consultorio con ropas grandes y muestran lo que quieren mostrar. Son flacas, altas, están al límite de la masa corporal y llegan a ponerse muchas monedas en los bolsillos para engañar a la balanza. El objetivo: lograr que las operen. Una de sus primeras estrategias es hacer cómplice al médico, este dice que cuando sospechan que tienen algún trastorno, las derivan al nutricionista, les preguntan si están bajo algún tratamiento psicológico. Según los nutricionistas la clave está en hablarles sobre los pros y los contras de las intervenciones, suponen estudios prequirúrgicos (análisis de sangre, electrocardiogramas, proteinograma para ver el nivel de proteínas hasta monogramas para ver el estado de los iones en la sangre. Si falta potasio, por ejemplo, la sola intromisión de un virus en un sistema inmunológico que no funciona puede provocar muerte súbita. Sucede que las personas con trastornos, además de descompensarse, tienen calambres, y el primer músculo que sufre es el cardíaco. Si un paciente entra al quirófano después de haber vomitado mucho, puede tener problemas en la cicatrización, debido a que tiene bajo el nivel de proteínas. Estas pacientes tiene una gran distorsión corporal, por más que se hagan cien cirugías, nunca estarán conformes. Por ello se deprimen más de lo habitual porque los resultados no están a la altura de sus expectativas. Estas patologías se relacionan con la impulsividad, compulsividad, en una agresión al cuerpo, el problema es que ignoran que tienen riesgo de vida. La clave está en lo interdisciplinario, los cirujanos plásticos, no son ni psicólogos ni médicos de cabeceras, pero frente a estos casos hay quienes no tienen el sí fácil, se están poniendo en el lugar de padres de estas chicas, lo que hacen es extremar la relación médico-paciente y pedir más exámenes clínicos, es alertar a los padres y a los colegas. Porque en cierta medida, han creado la necesidad de operarse y la han puesto al alcance de todos, pero para realizar cirugías hay que ser responsables y saber a quién indicárselas. (Psi. Patricia B. Bustos )


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